En lugar de decir no, son demasiadas las buenas chicas que adoptan la estrategia de apaciguar, lo que Beth llama el método «sí-sí-sí-sí-sí-sí-sí-sí-sí-sí-sí, me marcho de aquí».
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El problema de la táctica del apaciguamiento es que no es tan rentable como nosotras creemos que es. Cuando cedemos a una petición tras otra, esperamos que, con el tiempo, obtendremos algo a modo de recompensa. Algún día nuestros caseros, nuestros jefes o nuestras parejas sumarán las muchas concesiones que hemos hecho y se darán cuenta de los generosos seres humanos que somos en realidad. Se quedarán tan abrumados por nuestra bondad que nos recompensarán de la misma forma.
Sí. Estupendo. Y luego se subirán a su cerdito mágico y nos llevarán volando al País de Nunca Jamás.
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Es una pena, pero cuanto más haces por algunas personas, más esperan de ti ... y menos te dan a cambio. El hecho de ceder «puede que no sirva más que para convencer a la otra persona de que se te puede pedir cualquier cosa», advierten Roger Fisher y William Ury en Obtenga el sí.
Extraído de NEGOCIAR ES COSA DE MUJERES de Leslie Whitaker y Elizabeth Austin
Oh Cielos
Hace 8 años
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