
Este blog tiene muy pocos días de vida, y releyéndolo me doy cuenta que hasta ahora refleja el estado de ánimo que suelo tener durante un período determinado de cada mes: los días Pre-M, en los que la mayoría de las mujeres (las que tenemos hormonas, o sea casi todas), estamos sometidas a los caprichos de un huracán bioquímico. No me estoy refiriendo a los días M, más incómodos y malhumorados, que son otro cantar.
Generalmente el período Pre-M dura una semana, pero puede extenderse de cuatro a diez días, dependiendo de circunstancias completamente desconocidas. Creo que todavía no han sido suficientemente estudiadas las diferentes consecuencias que acarrea para una mujer tomar una decisión durante cualquier día del mes y tomar esa misma decisión durante un día Pre-M, sobre todo si aquélla afecta en forma permanente el futuro.
En primer lugar, y como el cuerpo comienza a retener líquidos para que no nos deshidratemos durante los días M, nos vemos más gordas. Durante estos días no deberíamos comprarnos ropa, porque todo nos queda mal, especialmente pantalones y polleras. Lo más probable es que acabemos llorando en algún probador mientras prometemos comenzar la más estricta dieta.
Y hablando de llorar, éste es el efecto más común que produce la influencia de los días Pre-M. Se genera en nosotras cierta clase de iluminación, una exacerbación de los sentidos y la intuición. A pesar de lo que muchos (hombres, generalmente) opinan, no es que estemos locas: simplemente vemos las cosas tal cual son, percibimos los verdaderos sentimientos de los demás, y nos damos cuenta de la injusticia y la inutilidad de muchos aspectos de la vida. Estamos, como diría Huxley, "ante las puertas de la percepción".
Hasta me animaría a decir que en estos días nos hacemos más humanas. Lo que no deja de ser un inconveniente, porque socialmente la humanidad es una de las características menos valoradas en una mujer. Cuando alguien nos quiere piropear nos dice "yegua", "potra" o "qué mona estás". Nunca te halagan diciéndote "Santa Teresa de Jesús".
Durante los días Pre-M usualmente tomamos las decisiones más difíciles: renunciar a un trabajo que no nos satisface, poner las cartas sobre la mesa en una relación, iniciar una demanda de divorcio o mandar al diablo a la familia. Son decisiones que suelen traernos muchas consecuencias negativas, pero que a veces nos dan muchas satisfacciones por los efectos colaterales que acarrean.
También durante estos días somos más proclives a realizar "esa" llamada de reconciliación, perdonar algunas ofensas al darnos cuenta que no eran malintencionadas, y acordarnos todo el tiempo de alguien especial. En este sentido, podemos caer en un momento de debilidad imperdonable de la cual nos arrepentiremos el resto del mes, o de la vida. O tal vez lleguemos a la felicidad... ¿quién lo sabe?.
En todo caso, ahora estoy en el perído Post-M, y vuelvo a ser desconsiderada y egoísta. En lugar de llorar si algo me molesta puedo exhibir una serie de argumentos tendientes a minimizar la situación y seguir adelante con mi vida. Así que hoy... no me pidas nada.
perdón, la de arriba también soy yo! equivoqué la cuenta! perdón!!
ResponderEliminarhola! pues mira, yo estoy en "esos días" ahora y lo que tengo es un cabreo permanente de tres pares de narices, todo me cabrea, precisamente cuando llegue el día M, o sea, uno de esta semana, la relajación será placentera y maravillosa, pero ahora??? arg!! al que se me ponga delante me lo como!
ResponderEliminarSol, a no tomar decisiones demasiado importantes entonces, y ... mañana será otro día.
ResponderEliminarTe dejo algo para esos Dias ;=)
ResponderEliminarY Dios me hizo mujer
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
de Gioconda Belli (Nicaragua 1948)
Es hermoso. ¡Gracias!
ResponderEliminarque sea tu lugar, post m o lo que sea, te seguiremos leyendo
ResponderEliminarbeso
Te espero Roky. Lindas orejitas :-)
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